Qué ver en Marrakesh y sus alrededores

Ya hemos llegado a Marrakesh. Lo primero que notamos es que el clima aquí es hostil. A diferencia de lo que muchos podéis pensar, no hemos pasado más calor que en Barcelona hasta llegar aquí. Las temperaturas rozan los 50 grados y no paramos de beber agua.

Plaza Djmaa el-Fna

Tenemos muchas ganas de ver la típica plaza de Marrakesh que tantas veces hemos visto por televisión. Nos referimos a la plaza Djmaa el-Fna.

Lo primero que nos sorprende de ella es su tamaño. Es el triple que la plaza Cataluña en Barcelona.

Además no es cuadrada con lo que la sensación de amplitud es mayor. Mucha gente, carros de caballos, motos, bicis, encantadores de serpientes, cantautores, tatuadoras de gema, monos, gatos, perros, etc. conviven aquí.

Para los amantes de las compras el zoco de la ciudad es un lugar entretenido para perderse varias horas y mostrar el arte del regateo.

Plaza Djmaa el-Fna

 

Llega la noche y la famosa plaza se transforma de una manera increíble. En poco tiempo se montan numerosos chiringuitos de comida rápida para acompañar a los carritos ambulantes que ofrecen zumos de naranja. Probamos ambas cosas y nos encanta. Bueno, bonito y barato…

comer en plaza Djmaa el-Fna

 

Pero lo que más nos sorprende son los espectáculos que se crean en la plaza. Vemos una especie de cuenta cuentos en la que un marroquí pega a otro con un bate de béisbol ante la risa del público. En otro lado dos niños boxean dejándose el alma. Juegos de golf y de pesca también son otras de las actividades típicas de la plaza.

Esto es para verlo, te puede gustar Marruecos o no pero lo que nadie puede negar es que esta plaza tiene una vida tremenda y aquí es imposible aburrirse.

Para tener una panorámica de la plaza es muy recomendable subir a alguna de las muchas terrazas con vistas para relajarte mientras disfrutas del ambiente.

Vista aérea plaza Djmaa el-Fna

 

Alrededores de Marrakech

Cerca de Marrakesh hay dos lugares cercanos a visitar que merecen la pena.

cascadas de Orzoud

El primero son las cascadas de Orzoud. Esta excursión es para aquellas personas a las que les apetezca adentrarse más en el Atlas y ver panorámicas naturales.

Essaouira

A nosotros nos apetece otra cosa, calma después de tanto trote por el país. Así que decidimos ir a Essaouira, la costa Atlántica del país.

Essaouira es un encantador pueblo de playa con un clima muy bueno y con una medina amurallada con miles de rincones y terracitas muy agradables. Es el sitio que elegiríamos para vivir en Marruecos de tener que elegir uno.

Medina de Essaouira

 

Essaouira cuenta además con un pintoresco puerto donde hay chiringuitos para comer pescado fresco del día.

puerto de Essaouria

 

El único pero que le ponemos es la playa. La marea se come gran parte de la arena durante el día y además hace tanto viento que si te tumbas en la arena te la comes entera (por lo menos los dos días que hemos estado nosotros).

Eso sí, es el paraíso para gente que quiera hacer wind o kite surf y además es una playa en la que puedes pasear en camello o caballo por la orilla. Curioso por lo menos es.

camellos en la playa de Essaouria