Palacio de Peterhof

Hoy nos trasladamos a la época de los zares y emperatrices, desprendiendo derroche, excentricidad, ostentosidad en la construcción de sus palacios, verdaderas obras de arte.

Palacio de Peterhof

Nos vienen muchas preguntas a la cabeza; ¿Por qué construyeron tantos Palacios? Palacios de Invierno, Palacios de verano…¿Por qué eran de tales dimensiones descomunales?, ¿Por qué gastaban tanto dinero en recargarlos con adornos dorados, espejos, etc…?. ¿tenían necesidad de tener en los jardines, otros pequeños palacios, lagos, estanques, fuentes, laberintos…?…se nos escapa de nuestras mentes adaptadas al mundo real de hoy en día pero nos gusta fantasear mientras disfrutamos, admiramos y nos divertimos con la visita al Palacio de Peterhof a 29 km de San Petersburgo. Conocido por muchos como el “Versalles Ruso”.

Palacio de Peterhof

Como buenos mochileros (mirando la pela!), nos horrorizamos con los precios de los tours de 5 horas para visitarlo. Así que optamos por probar otros medios de transporte; metros, buses y nuestras maravillosas piernas.

Palacio de Peterhof

Al bajar del autobús, aparecemos en los “Jardines Superiores” (por supuesto, no podían faltar diferentes nombres a los diferentes jardines, parques y bosques del recinto del Palacio…al alcance de cualquiera). Estos jardines, son gratuitos y son simplemente, la entrada principal al palacio y ya te dejan sin respiración. Ya empezamos a imaginarlos entrando a caballo, en carrozas de pan de oro…se nos va!

Palacio de Peterhof

A continuación accedemos a los “jardines inferiores”. Un derroche de glamour representado en espectaculares figuras doradas, cascadas, fuentes, un gran canal que llega hasta el Golfo de Finlandia.

Palacio de Peterhof

Además, cada día a las 11am dan la bienvenida a los turistas con el encendido de las fuentes de palacio con música ópera de fondo. Un espectáculo curioso aunque no es imprescindible ya que las fuentes se mantienen encendidas durante todo el día así que no hace falta apelotonarse con los cientos de turistas ya que pocos minutos después podrás ver la imagen igual. Eso sí, sin música de fondo.

Palacio de Peterhof

El Palacio lo mandó construir el zar Pedro I el Grande, bajo la presión de una caprichosa Catalina I para utilizarlo en verano. Y siguiendo la tónica de la época y derroche del zar, construyeron un lujoso conjunto de edificaciones, enormes jardines y hasta un bosque para cazar.

Palacio de Peterhof

Palacio de Peterhof

Tras una larga cola de espera para comprar las entradas para visitar el interior del Palacio Grande y viendo en pantalla que solo 560 personas serían dignas ese día de poderlo visitar…se hizo la espera interminable.

Palacio de Peterhof

Al entrar, lo primero es ponerte unas pantuflas en los pies para no dañar y limpiar el suelo del palacio. Cada habitación que recorremos está más recargada, con más colorido, más cuadros, más muebles, más de todo y nos encanta!!!

Palacio de Peterhof

Palacio de Peterhof

Una cosa que nos ha llamado la atención son unos paneles de fotos antiguas de cómo se encontraron un palacio totalmente destruido durante la II Guerra Mundial y como está en la actualidad. Toda una obra de ingeniería y de reconstrucción. Menos mal que pudieron salvar muchos objetos, estatuas que hoy en día se ven distribuidos por las estancias.

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Lo mejor del palacio es perderte por los jardines o más bien por los bosques de enormes dimensiones. De repente, nos encontramos con el Palacete de Marly, el pabellón de Hermitage y el Palacio de Monplasir, pequeños palacios de invitados rodeados de jardines. Vamos, un lujo descomunal!.

Palacio de Peterhof

Durante el paseo, encontramos un buen sitio para sentarnos y montar nuestro pequeño picnic.

Palacio de Peterhof

Pero lo más alucinante es que este palacio fue ocupado por los alemanes y fueron los propios soviéticos los que bombardearon el palacio por la ira y odio de Stalin al imaginarse a los alemanes festejando allí sus victorias.

Palacio de Peterhof

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